Xavi le quiere levantar el castigo a Dembélé

Xavi Hernández está dispuesto a levantarle el castigo a Dembélé para aprovechar su fútbol mientras tenga contrato; Joan Laporta no piensa igual

Cuando Xavi rechazó a Aubameyang: «El Barça necesita jugadores que se muevan en espacios reducidos»

El doble problema del Barça con Aubameyang

El papelón de Dembélé en la presentación de Aubameyang con el Barça

Xavi Dembélé
Xavi Hernández y Ousmane Dembélé.

Xavi Hernández tiene por delante una papeleta sensible en las próximas semanas. Ya con el mercado de fichajes cerrado y con varios fichajes con los que refuerza las posiciones más sensibles del equipo, el técnico cuenta ahora con más motivos para sacar rendimiento a su plantilla y conseguir resultados, tanto en el marcador como en sensaciones. Pero el egarense quiere aprovechar todas sus balas para conseguirlo y eso incluye a la manzana podrida del vestuario, un Ousmane Dembélé que no renueva, que no se marchó y al que el entrenador quiere poner a jugar antes de que acabe su contrato.

Prácticamente desde su llegada, el nombre y la figura de Dembélé ha sido tema central de casi cada intervención del egarense, independientemente del porqué, el francés siempre salía a la palestra: lesiones, indisciplina, renovación, rendimiento, goles… La gestión de Xavi con el extremo ha sido similar al de una montaña rusa: pasó de idolatrarlo y colocarlo como uno de los mejores jugadores del mundo en su posición, a echarle la cruz y mandarlo a la grada.

Xavi llegó con su particular hoja de estilo bien aprendida, dejó claro que él no tenía intención de dejar al jugador en la grada mientras que fuera jugador del Barça. Quizá por el desazón de la actitud del jugador o bien por las directrices de la directiva, el entrenador cambió su discurso: o renovaba o no jugaba más. Eso fue durante el mes de enero, presionando al galo para que renovase en las condiciones que estipuló el club o bien para que se marcharse de una vez, liberando una importante masa salarial que ahogaba la planificación.

Pero no pasó nada, la desidia y los mareos de Dembélé con su renovación fueron los mismos a la hora de indicarle la salida. Se le mostró, se le empujó para que se marchara, pero el francés no se movió. Está todo igual, no renueva y el 1 de julio será jugador libre si antes no pacta un nuevo contrato con otro club. El caramelo de una prima de fichaje y unos emolumentos anuales acorde a lo que él considera que debe percibir, le seducen.

Y ahí aparece de nuevo Xavi, con un nuevo dilema y otro dolor de cabeza. Más problemas. El entrenador desea dar uso al jugador y no tener a un futbolista de sus características y valor en la grada hasta que acabe la temporada, lo considera un desperdicio y una oportunidad tirada a la basura. Entiende, en cualquier caso, que es un jugador que no está del todo comprometido con el equipo, con la plantilla, que no encaja en ella, pero es consciente de lo que puede generar sobre el césped y de ahí su intención de levantarle el castigo en este tramo final de temporada.

Su decisión choca frontalmente con la opinión y postura de la directiva del Barça. Joan Laporta no está de acuerdo en este sentido con Xavi y considera que Dembélé no debe jugar más con la elástica culé, más cuando se han incorporado jugadores para el frente de ataque, no uno ni dos, sino tres: Ferran Torres, Adama Traoré y Pierre-Emerick Aubameyang. La cúpula considera que hay piezas suficientes para mantener la postura con el francés, de no darle la oportunidad de saltar al césped ante su decisión, contra los intereses del club.

Será uno de los primeros choques éticos y de filosofía entre Xavi Hernández y Joan Laporta. El entrenador, que piensa en lo suyo, no quiere desaprovechar a una bala como Dembélé, que puede desatascar un partido tanto por su verticalidad como por su golpeo. El presidente, por su parte, considera que darle minutos ensucia la imagen del club, ya que es un futbolista que ha puesto muchas trabas durante su etapa en el Camp Nou, no sólo con sus numerosas lesiones, sino también con su conducta.

Dembélé, por su parte, es consciente que de no jugar de aquí a final de temporada se le complicará esa suculenta prima de fichaje que puede percibir de alguno de los grandes clubes que andan tanteándole. Su esfuerzo y compromiso en estas próximas semanas también pueden ayudar a que la balanza entre lo que desea el entrenador y el presidente tienda de un lado o de otro.

Lo último en Deportes

Últimas noticias